viernes, 13 de enero de 2012

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella… Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderas siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaras de intentarlo. te rendiras y buscaras a esa otra persona que acabaras encontrando. Pero te aseguro que no pasaras una sola noche sin necesitar otro abrazo suyo, o tan siquiera discutir una vez más… No libraras de él o de ella, dejaras de sufrir, conseguiras encontrar la paz (lo sustituiras por la calma), pero te aseguro que no pasará un día en que deses que estuviera aquí para perturbarlo. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.

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